{CHUCK}
Al poco rato ya me arrepentí de mi invitación: Jeff y Chuck se abalanzaron sobre la barra y pidieron de todo para repartir, pero la mayoría se lo iban a beber ellos, aunque lo negaran. La barra se llenó de unas cuantas cervezas y una larga fila de chupitos llenos de un líquido azul con una nube negra en el centro, como si satanás se hubiera fumado un buen puro y hubiera exhalado todo el humo dentro de cada vasito, con suma delicadeza.
-Esto es solo el comienzo – dijo Jeff, devorando con los ojos su chupito. Inclinó la cabeza hacia atrás y vacío el cacho de cielo en la boca, luego, sacudió la cabeza y soltó un gruñido de satisfacción. - Dios, esto está buenísimo. - Y se cogió otro de los tantos que había.
El sitio tenía una luz tenue, varios pósters de coches y algunos de grupos que no conocía. Una lámpara de neón parpadeaba en una esquina, donde ponía “Las vegas” en rojo y azul. Vi unos cuantos trofeos de no-sé-qué en una vieja estantería y entonces mi mirada se cruzó con Pierre y Helane, que seguían hablando, muy juntos. Demasiado. No dejaban de mirarse, ni de sonreír como estúpidos.
Pierre sostenía una cerveza en su mano y con la otra agarró a Helane por la cintura y comenzaron a bailar, sin seguir el ritmo de la música, simplemente haciendo el tonto. Helane se encorvaba dejando caer su melena en cascada, mientras se reía a carcajadas.
David apareció en una especie de baile, de pasos hacia delante, hacia atrás y algunos cuantos giros con un par de chupitos en sus manos, le susurró algo al oído a la chica y esta, volvió a encorvarse hacia atrás, sin poder evitar reírse, luego, se dirigió a Pierre y este imitó la postura de su compañera y David le colocó uno de sus chupitos en la boca, como si fuera un posavasos. Con un leve empujón en la espalda de cada uno, los juntó un poco más, abdomen con abdomen, pelvis con pelvis, - Dios, no, la acaba de conocer y ya está casi en la tercera base – luego, Pierre, intentó incorporarse un poco, sin tirarle el chupito encima a Helane, mientras David le sujetaba las manos detrás de la espalda. Juntaron sus quesos y casi se tocaron labio con labio.
Apreté los puños, pero antes de hacer ninguna gilipollez, fui hacia la barra, cogí uno de los chupitos y me lo bebí de golpe, luego, una cerveza y le pegué un gran sorbo, pero no pude evitar seguir mirando, igual que los demás, que se reían. De repente, en un movimiento rápido, Pierre vació el chupito en la boca de Helane, derramando un poco por sus comisuras. Esta se incorporó inmediatamente, tosiendo, entre risas. Se limpió el líquido de sus mejillas y su cuello, con la manga de su jersey, pero mi amigo, la agarró de la muñeca, la acercó a él de un tirón y le dio un lametón en la mejilla que la hizo estallar en risas.
Intenté controlar mi rabia y respiré profundamente. Acompañado de mi cerveza me dirigí a la mesa donde estaban Claire y Sebastien charlando alegremente, seguramente de cosas en común, de música o cualquier otra chorrada importante para ellos. Me senté y les dediqué la mejor sonrisa que podía sacar en aquel momento. Di otro vistazo al bar, en el lado contrario donde Helane se encontraba. David, Jeff y Virginia estaban en la barra. Ellos reían, y ella soltaba alguna risilla asustada. David le ofreció una cerveza, pero ella se negó y entonces, le soltó alguna broma estúpida, porque ella se comenzó a reír. Jeff se acabó de beber su cerveza y se ofreció para bailar con la chica cuando empezó a sonar “Take me dancing” de The Maine. Me sorprendí, parecía que empezaban a hacerse bastante famosos también en España.
-Bueno, Chuck, cuéntanos que tal va el tema de Helane. - miré a Clarie y luego, a él con ojos de odio. Él levanto las manos, como intentando liberarse de todas las culpas.
- Lo siento, te vimos ahí plantado, mirándoles tan tristón, que se lo tuve que contar.
Miré mi cerveza.
-Venga, Chuck, no estés así, la acabas de conocer, se te pasará y a ellos el tonteo, también.
-¿Intentas ayudarme?
Esas palabras me hicieron ver lo idiota que era. ¿Por qué coño siempre me pillo tan pronto de alguien? No la conozco, la he visto por primera vez en mi vida hace como unas dos horas y ya voy llorando por las esquinas.
-Soy un gilipollas. - apoyé los codos en la mesa y tapé mi cara con las manos. Noté una mano en mi espalda.
- No estés así, me rompes el corazón. - oí una voz dulce, supuse que de Claire. - Sé que esto te va a doler, pero te aseguro que a mí más: No la volverás a ver, quizás en algún concierto por España, pero ya nos habréis olvidado. Olvidaréis nuestros nombres, luego, nuestras caras y también, esta noche. - hizo una breve pausa en la que se escuchaba las risas y murmullos de los demás. - Solo somos tres fans que tuvieron suerte, en medio de miles. Habrá otras. Habrá alguna buena chica para ti.
Suspiré, me destapé la cara y bebí un gran sorbo de cerveza.
-¡Oh, venga, ya quieres terminar nuestra amistad! - Sebastien se hizo el indignado. - Con la de cosas en común que tenemos...
-¡Oh, sí! - contestó sarcásticamente Claire y luego, rió. - Parece que ya se han cansado de bailar.
Noté un revuelo a mi alrededor y vi los demás estaban agrupando sillas alrededor y cuando pensaba que no podía ir a peor David dijo la palabra mágica:
-¡Botella!
Y puso su botellín de cerveza vacío en el centro de la mesa. Las chicas al principio se mostraban reacias, pero con un par de bromas y sonrisas del encantador David, accedieron, aun que un poco asustadas. Creo que se esperaban otra cosa de su grupo favorito, más que ir a emborracharse a un tugurio de mala muerte y acabar desnudas en una cuneta.
Por más que lo intenté, no pude evitar mirar para la parejita del lugar. Helane estaba de pie al lado de Pierre hasta que este se deslizó hacia atrás en su silla y golpeó sus piernas. Ella se sonrojó, pero al cabo de unos segundos accedió a sentarse en su regazo sin dejar de morderse las uñas y colocarse el pelo detrás de las orejas. Los dos se miraron, Pierre le ajustó el gorro y ella le dedicó una tierna sonrisa. Cabrón, no te vuelvo a dejar jugar con mi Xbox.
-¡Allá va! - exclamó David.
La botella empezó a dar vueltas por toda la mesa. Todos la observaban expectantes, hasta que se paró en Sebastien y todos rompieron en carcajadas, menos Sebastien.
David se levantó y miró a su amigo, se mordió el labio y luego, su dedo índice, se lo llevó a uno de sus pezones e hizo como si le quemara. Todos reían y reían, Sebastien solo pedía piedad. David dio toda la vuelta a la mesa, hasta plantarse delante del guitarrista, lo echó hacia atrás, como si bailaran un tango y le dio un largo pico. Los borrachos de la barra comenzaron a silbar y a victorear, David se giró e hizo una reverencia, Sebastien mientras, se limpiaba la boca con tanta fuerza que podría hacerse sangre.
Esta vez fue Jeff quien giró la botella, que fue a parar en Virginia. Sus mejillas estaban rojísimas, mientras que Jeff le miraba...bueno, no se puede describir su mirada. Los dos se miraron y se fueron acercando poco a poco hasta que sus labios se tocaron. La chica se dejó llevar por el momento y llevó sus manos a la cara de Jeff, que comenzó a mover sus labios con delicadeza, saboreando cada segundo de su momento -aun que a la mañana siguiente no se acordaría con la trompa que llevaba.-
- ¡Eh, eh, eh, eh, iros al baño o algo! - exclamó Pierre, riendo.
Virginia se separó rápidamente, avergonzada, e intentó no encontrarse con la mirada de Jeff, que la contemplaba con una sonrisa de gilipollas.
-¡Me toca! - exclamó Pierre y giró la botella muy despacio, lo que hizo que se parara en su objetivo: Helane. Se miraron, sonrientes, ella un poco tímida. - Que suerte...
¡Como si no lo hicieras a posta, cabrón! Estuve apunto de levantarme y pirarme, pero Claire me freno, la miré y negó con la cabeza.
-Espera, hazme caso, -susurró- no creo que lo hag...será puta. - escupió esas últimas palabras, que solo yo y Seb llegamos a oír.
-Fan de Pierre. - susurramos al unísono, y esa fue la primera vez que me reí en toda la noche, hasta que me giré y los vi.
Helane seguía sentada en su regazo y él la agarraba bien por la cintura. Se devoraban uno al otro, como si lo llevaran esperando toda la noche, más bien como si llevasen años sin un buen polvo. Helane lo agarró de la nuca, para acercarlo más a ella si se pudiera.
-¡Le toca a Chuck!- exclamó Claire a mi lado. La miré, casi podía ver salir chispas de sus dientes de tan apretados que los tenía. - Qué coño, no le hace falta botella. - y dicho eso se abalanzó sobre mí.
Sus labios atraparon los míos, acariciándolos con una mezcla de dulzura y lujuria que la verdad, me hizo temblar. Sin ser consciente, cerré los ojos y llevé mis manos a sus caderas cuando las palabras de Sebastien me llevaron a la realidad.
- Eso sí que se llama dulce venganza.
No hay comentarios:
Danos tu opinión, astronauta. |
Me gusta. |
¡Compártelo!
{Por favor, no te vayas sin comentar, tu opinión es muy importante.}
(No SPAM, no abuso, ni insultos)
Twittear