CAPÍTULO 1.

"Tonight the light is dancing in your eyes."


{VIRGINIA}

Observé mis alrededores en busca de alguna cabellera negra, propia de Helane, y rizada, de Claire. Nerviosa, apreté con más fuerza el mango de mi gran maleta gris. La estación de autobuses de A Coruña no estaba tan llena como la de Madrid, pero aún así había bastante gente y ninguna de esas personas me resultaba familiar. Algunas de ellas pasaban a mi lado y me miraban, curiosas al verme ahí parada, sin hacer nada, y otras simplemente me ignoraban, como si no existiese.


Miré mi reloj de muñeca: las siete y cuarto. El autobús se había retrasado, pues en teoría la hora de llegada planificada eran las siete menos cuarto, y aún así no veía a nadie parecido a mis amigas.



Los pantalones cortos y la camiseta de manga corta eran insuficientes en aquella zona de España en donde que fuese verano no suponía que necesariamente hiciese calor, y eso mismo estaba comprobando en esos momentos por lo que tuve que envolverme en una chaqueta.

Ya a lo lejos las dos aparecieron con una gran sonrisa. En cuanto llegaron a mi lado me fundieron en un cálido abrazo, como signo de bienvenida mientras exclamaban “ ¡¡Giiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin!!” por todas partes. Claire y yo pasaríamos una semana en casa de Helane, allí en A Coruña, algo que llevábamos esperando casi un año.

Nuestros planes principales habían sido irnos a Londres, pero no teníamos suficiente dinero para sobrevivir una cantidad de días decente allí como para que mereciese la pena el viaje, así que a nuestro pesar cambiamos los planes y decidimos reunirnos en España, aplazando el esperado viaje a Londres para otra ocasión. No eran buenos tiempos para ver mundo.

Al ser pronto, decidimos dar una vuelta por la zona costera, ver el mar, hablar y hacer fotos antes de ir al pueblo en donde estaba la casa de Helane. Era la noche de San Juan por lo que todas las playas y calas estaban abarrotadas de miles de jóvenes y no tan jóvenes entre hogueras, comida y alcohol para pasar aquella larga noche. Así, el paisaje se bañaba de miles de cálidos colores dejando un perfecto atardecer.

-¡¡Mañana concierto de Simple Plaaaaaaaaaaaaaaaan !!- exclamó emocionada Helane. Claire se unió a sus gritos de emoción mientras yo las observaba sonriente. Las dos tenían entradas para ver al grupo, sin embargo no era mi caso, puesto que hacía años que no escuchaba nada nuevo de ellos y no creía que fuese justo ir y quitarle entradas a otras personas que fuesen verdaderas fans del grupo. - Tía, vente en serio.

Negué con una sonrisa.
-Hace años que no les escucho en plan en serio, no creo que deba. ¡No me voy a saber ninguna canción nueva!

-¡Da igual!

-Además no sería justo para otras personas que todavía no tengan entradas y de verdad quieran verles porque son fans.

-Bueno, pero tu eres fan, de las antiguas.- opinó Claire.

-Y tanto.- reí.

-Venga Gin, vente…- suplicó Claire agarrándome del brazo y poniéndome ojos de gatito.- ¿Qué vas a hacer sino mañana?

-No se, ya veré.. Leeré, escribiré algo… Helane tiene material de dibujo, me entretendré con ello, que este año con los estudios no he podido dibujar prácticamente nada. Me apetece.

-¡Bah! ¿Y eso es mejor que ver a Simple Plan?- comentó Helane.

-No, pero estaré entretenida mientras vosotras estáis allí histéricas perdidas.- reí.

Claire y Helane se miraron, poco convencidas con los planes que tenía en mente. Estaba segura de lo que estaban pensando: el plan era pasar esos días juntas a todas horas, y ¿nada más llegar ya nos íbamos a separar?

-¡Que no! ¡Vente!- exclamó Claire.- Son solo treinta euros, esta super barato, venga anda.

-¿Treinta?- pregunté curiosa.

Las dos sonrieron al ver el atisbo de duda en mi voz. Sabían lo que tenían que hacer, era su oportunidad.

-Si, y además vas a recordar tus tiempos de adolescente loca, ¿no te apetece? Y así nos acompañas… ya verás como te lo pasas genial.

Las miré y a sus enormes sonrisas. Suspiré, arrepintiéndome de mi debilidad para este tipo de asuntos.

-Venga, vale, voooooy….- las dos exclamaron de alegría.

-¡¡Si!! ¡Ya verás, ya verás!- reí al ver sus reacciones.

Hasta el concierto, Pierre, David, Seb, Jeff y Chuck estuvieron sonando alrededor de mi, mientras yo trataba de recordar alguna letra, o simplemente memorizar algún ritmo para que cuando sonase en el concierto reconociese aunque solo fuese la canción. Afortunadamente mi nivel de inglés era bastante alto, por lo que no resultó especialmente complicado memorizar las letras de las canciones. Al final, el meterme en la carrera que quería en la modalidad bilingüe daba sus frutos en algo, pues mi nivel de inglés, que ya había sido bastante alto de por sí antes de entrar en la universidad, había mejorado a pasos agigantados. Ahora era como si hablase en español. No encontraba ninguna dificultad en cambiar de un idioma a otro, incluso solía bromear con que podía expresarme mucho mejor en inglés que en español.

El concierto fue alucinante, ninguna otra palabra podría haber descrito mejor la locura que se montó en aquella sala Capitol en Santiago de Compostela hasta las diez y media de la noche. Los gritos, saltos, letras, movimientos pélvicos por parte de David, la voz de Pierre, el pasotismo de Jeff, la adorabilidad de Seb y la energía de Chuck inundaron cada esquina de la pequeña sala en la que tocaron.

Llevamos una pancarta, con la esperanza de que el atrevido mensaje escrito en él llamase la atención de alguno de los miembros del grupo y entonces se fijasen en ella. La escasa suerte de las tres debió unirse cuando Pierre, el cantante, se percató del mensaje en medio del concierto.

-¡Ey! ¿Seb, tío, has leído eso?- le preguntó al susodicho en pleno concierto a través del micrófono que tenía pegado prácticamente a sus labios.- “Seb, you forgot your underwear in my room last night.”

La multitud gritó y buscó con la mirada a la afortunada que levantaba el cartel: Helane, que les observaba con los ojos como platos y prácticamente paralizada al percatarse de que, en efecto, estaban hablando del cartel que habíamos hecho antes de entrar a la sala.

El resto de los miembros de la banda rieron al leerlo, un gran foco la enfocó y por consecuencia a Claire y a mi, que estábamos a su lado.

-¡Vaya, no sabía que llevases ropa interior!- rió David, el bajista, refiriéndose al tímido Seb.

Continuaron con la broma durante unos minutos más y después siguieron con otra canción. Aún así, la adrenalina se incrementó a pasos agigantados en nosotras, que no parábamos de saltar y gritar las canciones como si nos fuese la vida en ello y sin pensar que quizá, al día siguiente no podríamos decir palabra, pero poco importaba. En ese momento éramos nosotras en estado puro, dejándonos la voz por aquel grupo que, ya fuese en la actualidad o años atrás, había conseguido salvarnos en los momentos más difíciles de nuestras vidas. Aquellas canciones se habían convertido en una especie de Biblia y aquel era el momento de gritarlo tanto como nos fuese posible, hacerles saber que sus voces, guitarras, bajos, y baterías nos habían salvado la vida en más de una ocasión.

Cuando todo acabó y el grupo volvió al backstage la emoción continuó fluyendo en nuestras venas, mientras no podíamos evitar sonreír de oreja a oreja. Claire había conseguido la toalla de Seb, junto con otra chica, que al igual que ella la agarraba como si le fuese la vida en ello. Al final consiguieron llegar a un acuerdo y romperla en trozos, así, todas podríamos tener aunque fuese una pequeña parte de ella.

Sin embargo, tras comprar camisetas, púas y posters en el puesto de merchandising, descubrimos algo mientras me encargaba de hacer un recuento.

-Esta bien, ¿tenemos todo? Posters, camisetas, púas, mochilas, móviles, pancarta y toalla… Helane, ¿dónde está la toalla?

-¿Qué? ¿Cómo?- mi amiga rebuscó en las mochilas, bolsas y demás pero la expresión en su rostro mostró lo que Claire y yo teníamos en mente.

-La hemos perdido.- dijimos Claire y yo casi al mismo tiempo.

-¡¡Joder!! No puede ser… joder, joder,¡joder!- Helane no podía estar más desesperada. ¡Para una vez que teníamos suerte, íbamos y perdíamos lo conseguido!

A pesar de la desilusión que nos acabábamos de llevar decidimos quedarnos esperando fuera del recinto a que saliesen los miembros de la banda, porque, en algún momento tendrían que salir, ¿no? Y allí estaríamos nosotras para conseguir autógrafos y con suerte alguna foto. El único inconveniente, casi insignificante era que… no teníamos cámara.

Por lo que nos pusimos en marcha y comenzamos a amistarnos con algunas de las chicas que llevaban cámara, con la mala suerte que siempre terminaban yéndose. “Para cuando salgan no tendremos cámara y todo será una mierda”, pensé mientras observaba a Helane, mirando para todos lados, que seguía dándole vueltas a la toalla perdida.

Los guardias de seguridad trataron de quitarse de encima a la mayoría de las personas que seguíamos esperando a las puertas del recinto , pero no tenían mucha suerte que se dijese.

-Chicos, que ya se han ido, no van a salir.- comentó uno de los guardias, calvo y con patillas, y más bien borde.

-Ya, claro. De aquí no nos movemos.- insistí, que a pesar de no querer venir al concierto en un principio ahora estaba irreconocible.

-No solo hay esta puerta, cariño.- me picó el guardia. - Sitios como estos tienen salida de emergencia.

Me giré hacia las demás.

-¿Qué hacemos?

-Iré a investigar si de verdad hay otra o nos esta tomando el pelo. - se ofreció Claire. - Sacad el móvil, si la encuentro os llamo y venís como que no quiere la cosa.

Las dos asentimos y nos quedamos pegadas a la valla que se había colocado para que no entorpeciésemos el paso de los instrumentos del grupo a un gran camión. Finalmente el móvil de Helane vibró, dándonos la señal a ella y mi de movernos. Cogió la llamada y seguimos las instrucciones que Claire nos iba indicando al otro lado de la línea, hasta que conseguimos llegar a dicha puerta.

Para nuestra desgracia, había más gente, además de nosotras, que habían descubierto la salida de emergencia. No tanta como la que esperaba en la entrada principal del recinto, pero aún así…

La gente comenzó a chillar al ver como aquella puerta verde de metal se abría unos escasos centímetros. Claire y yo nos alzamos de puntillas para tratar de ver algo entre toda la gente que se arremolinaba pegada a la puerta, mientras que Helane se limitó a dirigir la mirada hacia la multitud sin esfuerzo, gracias a su casi metro ochenta.

-¡ Lara y Marta !- las dos chicas entraron por la puerta, que se cerró escasos segundos después de que desapareciesen tras ella.

Tanto Helane como Claire y yo nos miramos boquiabiertas. ¿Qué narices había sido eso? ¿Porqué habían entrado esas chicas? ¿¡ Cómo entrábamos nosotras!?

-Perdón, ¿cómo han conseguido entrar?- preguntó una chica rubia a otra castaña.

-Han escrito su nombre en un papelito y lo han tirado. Deben de haberlo leído y las han llamado.

Recogí la información y rápidamente la compartí con Claire y Helane.

-Dame eso.- Era Claire, que sacaba mi cuaderno de dibujo de la mochila y se ponía a escribir.

Helane y yo vimos nuestros nombres con una bonita caligrafía escritos en una página con unos cuantos garabatos antiguos junto con el mensaje “ I still have your underwear. Do you want it?“ y luego observó como se convertían en una bola de papel.

Éramos demasiado pequeñas, a excepción de Helane, como para lanzarlo y que pasase, y nuestra escasa puntería no daría resultado en un momento como aquel, así que Claire se acercó a un chico bastante alto en cuyo labio se lucía un aro plateado y le pidió que lo lanzase por ella. Él  se encogió de hombros y cogiendo la bola de papel lo lanzó por encima del portal. Tras agradecerle el gesto, Claire volvió con nosotras. Mis nervios aumentaron a medida que pasaban los minutos y la gente se iba marchando, dándose por vencida, mientras nuestros nombres seguían escritos en aquella maldita bola de papel al otro lado de la puerta metálica. Suspiré, solo quedaba esperar y tener suerte, por una vez en la vida, y estaba claro que de allí no nos íbamos a mover hasta que no fuese estrictamente necesario.


Este capítulo esta escrito basado en hechos reales, al contrario que los próximos, cuyo contenido es todo inventado.



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